lunes, 29 de abril de 2024

El confort acústico: Más que silencio, calidad sonora.

En un mundo en el que el ruido se ha convertido en una constante, el reciente Día Internacional de Concienciación sobre el Ruido, celebrado el 24 de abril, nos invita a reflexionar sobre un aspecto fundamental pero muchas veces olvidado: el confort acústico. Este concepto va más allá de simplemente eliminar el ruido, abordando la calidad sonora de nuestros entornos, desde nuestras viviendas hasta nuestras ciudades. 

En España, como en muchos otros lugares, históricamente se ha pasado por alto la importancia del acondicionamiento acústico en la planificación y construcción de edificaciones. Esta omisión ha generado décadas de problemas de convivencia, con los "ruidos vecinales" encabezando la lista de quejas y denuncias por contaminación acústica. Pero ¿cuál es la diferencia entre acondicionamiento acústico e insonorización?  

El acondicionamiento acústico se refiere a la optimización del ambiente sonoro de un espacio para garantizar el confort acústico, asegurar que el sonido presente en ese espacio sea adecuado para las actividades desarrolladas. Por otro lado, la insonorización o aislamiento acústico consiste en impedir que el sonido se propague de un espacio a otro, evitando la interferencia no deseada entre ellos. 

Es fácil confundir estos términos, pero comprender sus diferencias es fundamental para abordar adecuadamente los problemas de ruido. Mi hipótesis personal es que parte de la cultura del ruido en España, el que seamos un pueblo de “gritones” ruidosos, al que le sorprende lo bajito que se habla en espacios públicos, interiores o exteriores, de países del resto de Europa, se origina en la falta de atención al acondicionamiento acústico en espacios cotidianos como las aulas, en las que pasamos gran parte de nuestra infancia y juventud, o restaurantes, bares y cafeterías y lugares de trabajo, en los que transcurre gran parte del resto de nuestras vidas. Nos acostumbramos a gritar para hacernos entender desde niños y eso es complicado de revertir.  

La realidad es que, en muchos casos, nuestras vivencias diarias se ven afectadas por espacios con una acústica deficiente, caracterizados por reverberaciones y ecos que dificultan la comunicación y generan incomodidad. Esta situación no solo afecta nuestra calidad de vida, sino que también puede tener consecuencias para nuestra salud, contribuyendo a niveles de ansiedad y estrés asociados con la vida en entornos urbanos ruidosos. 

Por lo tanto, es imperativo que las condiciones acústicas se consideren desde las fases tempranas de diseño y construcción de edificaciones, incluyendo no solo viviendas, sino también locales de ocio, oficinas, colegios y todo tipo de alojamientos. Esto implica no solo la adopción de medidas de insonorización adecuadas, sino también la incorporación de elementos que mejoren la calidad sonora de los espacios, potenciando el necesario confort acústico. 

Pero el problema del ruido va más allá de nuestros edificios. El ruido del tráfico, las infraestructuras de transporte y las actividades industriales también deben abordarse en el planeamiento urbano. Es hora de incorporar el concepto de "paisaje sonoro" en nuestras ciudades, buscando la multiplicación de "espacios tranquilos" que permitan el descanso y el relax de los ciudadanos. 

Estos espacios tranquilos no necesariamente deben coincidir con zonas verdes, aunque estas también juegan un papel importante en la mitigación del ruido urbano. La clave está en diseñar ciudades que promuevan la calidad sonora en todos sus rincones, ofreciendo a sus habitantes entornos que fomenten la salud y el bienestar. 

En resumen, el confort acústico va más allá de reducir el ruido. Se trata de crear entornos sonoros que sean adecuados para nuestras actividades diarias, que promuevan la comunicación, el descanso y la salud mental. Es hora de que España y el mundo en general den un paso adelante en la consideración de la acústica como un aspecto fundamental del diseño urbano y arquitectónico. 

miércoles, 3 de abril de 2024

¿Programa “Martín Cortés”? El Sueño de un Erasmus Iberoamericano.

 

El próximo viernes 12 de abril, el cineasta José Luis López-Linares nos invita a un viaje cinematográfico a través de la rica y compleja historia de Hispanoamérica con su última película, "Hispanoamérica, Canto de Vida y Esperanza". En un mundo donde la información y el conocimiento son pilares fundamentales para el entendimiento y la cooperación, este documental destaca la necesidad urgente de explorar y comprender nuestra historia común, así como la diversidad cultural que nos une. 

Uno de los resultados más esperados de este proyecto, de los mismos autores de "España, la primera globalización", sería el entierro definitivo de la llamada "leyenda negra" sobre el imperio español, un mito que ha pervivido durante siglos y que ha contribuido a distorsionar nuestra percepción de la historia, creado y promovido por países competidores, pero que históricamente ha encontrado tanto eco entre nuestros conciudadanos, fruto principalmente del desconocimiento. Según leemos en la web del proyecto "Con entrevistas a numerosos historiadores y diversos expertos en la materia, fundamentalmente Americanos, la película mostrará nuestra Historia compartida durante más de 300 años a través del esplendor visual que constituye el patrimonio arquitectónico, pictórico, escultórico y musical de la época, aún vigente a día de hoy", lo que entiendo ayudará, a derribar estereotipos y a fomentar un entendimiento más profundo y equilibrado de nuestro pasado común y, sobretodo, nuestro potencial futuro. 

En este contexto, surge esta idea, fruto de una noche de insomnio, una propuesta que podría transformar la manera en que España y los países de Hispanoamérica se relacionan y se comprenden mutuamente: un programa de intercambio estudiantil similar al Erasmus, con sus mismas características y ayudas económicas estructuradas. Esta iniciativa no solo fortalecería los lazos entre las naciones iberoamericanas, sino que también contribuiría al crecimiento personal y académico de los estudiantes involucrados. 

Para comprender la importancia de este proyecto, es fundamental analizar la situación actual de la educación superior en España y en los países de Hispanoamérica. Según datos del Banco Mundial, en 2020 había aproximadamente 20 millones de estudiantes universitarios en Hispanoamérica, una cifra que refleja la creciente demanda de educación superior en la región. Sin embargo, a pesar de esta realidad, los intercambios estudiantiles entre España y los países de Hispanoamérica siguen siendo limitados en comparación con otras regiones del mundo. 

La tendencia hacia la globalización y el fortalecimiento de proyectos regionales resaltan la importancia de la movilidad académica, una realidad a la que la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) busca responder de manera efectiva. Sin embargo, según datos de dicha organización, Iberoamérica se posiciona como la segunda región con menor participación en intercambios académicos, representando apenas el 1,14% del total mundial. Las dificultades tradicionales para consolidar programas de movilidad en la región se han visto agravadas por la pandemia de la Covid-19. Sin embargo, esta coyuntura, aunque complica los intercambios tradicionales, también puede abrir nuevas oportunidades. 

En este contexto, la OEI se ha aliado con diversos actores regionales para desarrollar programas que satisfagan las necesidades de movilidad académica en Iberoamérica. Estos programas buscan fortalecer el espacio compartido de educación superior e investigación, promoviendo la movilidad académica internacional en modalidades presenciales y virtuales. 

Entre los programas destacados se encuentra el "Programa Paulo Freire", diseñado para fomentar la movilidad académica de estudiantes de programas de formación del profesorado. Asimismo, el "Programa Paulo Freire Plus" ofrece becas para estudios doctorales en universidades iberoamericanas. Además, el "Programa de Intercambio y Movilidad Académica (PIMA)", financiado por la Junta de Andalucía, facilita intercambios académicos dentro de redes de cooperación universitaria, pero hablamos de cientos de participantes, como mucho, cada año en estos programas. 

En contraste, el programa Erasmus ha sido un pilar fundamental de la movilidad estudiantil en Europa desde su creación en 1987. Cada año, miles de estudiantes europeos tienen la oportunidad de estudiar en el extranjero gracias a las ayudas económicas y a las alianzas entre universidades que ofrece este programa. Justo hace unos días la Comisión Europea publicó los datos 2022 del programa Erasmus +, la versión actual del programa, que incluye a estudiantes de másteres, profesores y estudiantes de formación profesional. En dicho informe, España destaca como el principal destino de estudiantes del programa, superando a Italia y Alemania, con alrededor de 143,000 estudiantes acogidos durante ese año y mostrando una tendencia al alza constante, a excepción del impacto de la pandemia en 2020. Además, cerca de 100,000 estudiantes españoles optaron por continuar sus estudios en otros países europeos en el mismo año, lo que refleja una alta movilidad estudiantil, contribuyendo así al enriquecimiento cultural y académico de la región, convirtiendo a nuestro país en el principal destino y emisor de estudiantes en este programa. 

La implementación de un programa de intercambio estudiantil entre España y los países de Hispanoamérica requeriría una estrecha colaboración público-privada, aprovechando el apoyo de las grandes empresas españolas que operan en la región, así como de las empresas latinoamericanas con presencia en España. Esta colaboración no solo garantizaría la viabilidad financiera del programa, sino que también enriquecería la experiencia de los estudiantes al proporcionar oportunidades de prácticas y networking en el ámbito empresarial. 

Pero más allá de los aspectos históricos y políticos, un Erasmus Iberoamericano tendría un impacto tangible en la vida de miles de estudiantes. Les brindaría la oportunidad de sumergirse en nuevas culturas, ampliar sus horizontes académicos y personales, y desarrollar habilidades interculturales vitales en el mundo globalizado en el que vivimos. 

En resumen, la creación de un programa de intercambio estudiantil entre España y los países de Hispanoamérica sería un paso crucial hacia la construcción de puentes educativos y culturales que fortalezcan nuestra identidad común y promuevan la cooperación y el entendimiento mutuo. Al igual que el estreno de "Hispanoamérica, Canto de Vida y Esperanza", este proyecto nos invita a reflexionar sobre nuestra historia compartida y a imaginar un futuro más unido y próspero para todos los ciudadanos de la comunidad iberoamericana. 

Programa “Martín Cortés” podría ser el nombre de este programa. Martín Cortés Malintzin, era el hijo de Hernán Cortés y “La Malinche”, también conocida como Doña Marina o Malintzin. Nació en 1522, poco después de la caída de Tenochtitlán, la capital del Imperio Azteca. Su nacimiento simbolizó la unión entre los mundos indígena y español en el contexto de la conquista de México. Martín Cortés fue uno de los primeros mestizos nacidos de la unión entre un conquistador español y una mujer indígena, y su historia refleja la complejidad, pero también la riqueza y la igualdad de las relaciones sociales e interculturales en el Imperio Español desde sus orígenes, que lo hacen, a su vez, tan peculiar, original y extraordinario.