Aprende como si fueses a vivir para siempre.Vive como si fueses a morir mañana.
John Wooden
Entrenador de la NBA
“Qué rápido avanza la tecnología!”, “Qué velocidad!”, “Cómo cambia todo en poco tiempo...!”
Seguramente resultan tópicos que todos usamos en uno u otro momento en nuestras vidas, pero al mismo tiempo y probablemente por eso mismo, son expresiones de una verdad aplastante. Lo cierto es que en poco menos de un siglo la humanidad ha pasado de una realidad relativamente primitiva, en todo lo que hace referencia al trasporte, las comunicaciones, los medios de producción, la tecnología, etc., a un presente que cada día nos trae nuevos adelantos, nuevas fronteras, nuevos retos, nuevos medios, nuevas maravillas de la ciencia que, al mismo tiempo que nos sorprenden y deslumbran, ayudan a crear una realidad más rica, más completa. O quizás alguno dirá que nos complican la vida aún más...
Eso en realidad depende de cada uno de nosotros.
Fijaros en un detalle por ejemplo. Todos habéis visto o habéis tenido en vuestras manos una de esas tarjetas de felicitación que cuando se abren suena el cumpleaños feliz o un villancico u otra cancioncilla, verdad?. Pues bien, la capacidad informática que tiene esa tarjeta en su interior es mayor que la que existía en todo el mundo antes de 1950. Increíble, verdad?. Pero afortunadamente, si algo ha conseguido esta “revolución” de la “edad de la información” en la que nos encontramos inmersos, es cambiar los viejos patrones que regían nuestras vidas. Según los viejos esquemas forjados en la Revolución Industrial, nuestro destino como seres humanos era adquirir unas capacidades, encontrar un trabajo estable para toda la vida y, al alcanzar la edad de jubilación, convertirnos en seres prácticamente inútiles para la sociedad y malvivir durante el resto de nuestras vidas dependiendo del estado, de nuestros parientes o de los ahorros que hubiésemos podido acumular durante nuestros años “útiles”. Hoy en día en cambio, gracias a la “avalancha” tecnológica y la entrada en la edad de la información, nuestra utilidad para la sociedad no depende ya de nuestro historial profesional sino de nuestras capacidades actuales, de lo que sabemos hacer HOY. En cierta medida hemos vuelto a crear una “nueva frontera” donde lo que se valora es nuestra utilidad para la sociedad por encima de edad o estatus.
Bill Gates dijo, “Nuestra empresa sólo tiene un activo –la imaginación humana.” Si eliminásemos todos los edificios y oficinas de Microsoft, todos los ordenadores, todos los activos físicos, dónde estaría esa empresa? Pues prácticamente en el mismo sitio, pues hoy en día el valor de una compañía está en sus “ideas”, no en sus posesiones.
Todo esto es una gran noticia para el individuo, pues la utilidad vuelve a estar de moda. Si puedes cultivar tus habilidades, sigues aprendiendo nuevas cosas, aprendes a usar los ordenadores y las nuevas herramientas que la tecnología pone a tu alcance, aprendes un idioma o te conviertes en un experto en cualquier tema, te conviertes en una persona útil, valiosa, competitiva. Y no importará tu edad o tu historia... De ahí la cita que he incluido como encabezamiento de estas líneas.
Realmente estamos ante una “Nueva Frontera” y contrariamente a lo que sucedía antes cuando al retirarnos nos enfrentábamos nerviosos a un futuro incierto lleno de penurias, hoy en día con un compromiso firme de crecimiento personal a través del aprendizaje, podemos ser y sentirnos tan útiles a la comunidad como estemos de motivados para ello.
En suma, cuando más aprendamos sobre el futuro, más motivados estaremos para ser una parte valiosa del mismo.
No dejéis de aprender nunca.