viernes, 10 de septiembre de 2010

Aquí y Ahora


“No es posible asegurar el futuro. Sólo es posible perder el presente.”

Ivan Klima

Hoy no es año nuevo ni anoche fue NocheVieja, pero cada día es en realidad, y aunque suene a manido e incluso cursi, el primer día del resto de nuestra vida. Un día, una semana, un mes, un año por delante que para todos serán únicos e irrepetibles en nuestras vidas. Días, semanas y meses que a veces se parecerán mucho unos a otros, cosa que deberemos evitar en la medida de lo posible claro. Para afrontar con mayores posibilidades de éxito ese reto, para aprovechar todo el potencial que ese nuevo día nos ofrece, compartiré con vosotros mi preocupación ante dos posibles peligros, dos posibles amenazas, que encontramos todos en el inicio de cada nuevo día, cada nuevo mes, cada nuevo año, y os indicaré el camino que intento seguir yo y que espero algunos de vosotros valoréis y quizás sigáis conmigo. Las amenazas son seguir viviendo en el pasado y querer vivir en el futuro y el camino que yo os animo a seguir es el de vivir el hoy, vivir el presente, hora a hora, día a día.

Es difícil vencer el atractivo de vivir en el pasado, en el estamos seguros, sabemos a lo que atenernos, lo conocemos. Pero el pasado no nos hará ganar el presente. La tentación de vivir en el pasado puede provenir del hecho de que éste fue horrible o fue maravilloso, da igual. No insistas, en cualquier caso lo tienes que dejar atrás porque sólo se puede vivir en el presente. Si vuelves al pasado porque te hacen sufrir los remordimientos, has de tener muy claro que por mucho que hagas, no puedes volver atrás y deshacer lo que has hecho. Si te aferras a la culpabilidad, no harás más que dañarte a ti mismo. Todos, y yo el primero, hemos tomado malas decisiones, adoptado malas actitudes, malos comportamientos, que han afectado de manera negativa a las personas que nos rodean y a las que pretendíamos amar, pero a las que hemos hecho daño. Hay algo, sin embargo, que puedes llevar a cabo para hacer “borrón y cuenta nueva”, para empezar de nuevo. Puedes tomar la determinación de no volver a tomar esas malas decisiones, adoptar esas malas actitudes, esos malos comportamientos. Eso es todo lo que se puede pedir, que reconozcamos que metimos la pata y que hagamos todo lo posible por no repetirlo. En cambio, si el pasado fue mejor para ti y añoras los “días de gloria”, aprende a apreciar los recuerdos pero muévete también y haz un verdadero esfuerzo por encontrar otras cosas positivas aquí y ahora, hoy. Todos hemos dejado algo bueno atrás y encontramos nuevos retos, nuevas metas con las que inspirarnos. Una vez leí una analogía que me ayudará en este sentido. Mira al pasado, el día de ayer, como una habitación separada de aquella en la que vives ahora, en la que vives hoy. Puedes entrar en ella pero ya no puedes vivir en ella. Puedes ir de visita pero ya no es tu hogar. Tu hogar está aquí y ahora. Cada segundo de este presente es precioso. No malgastes ni tires ese tiempo precioso invirtiendo demasiado esfuerzo y energía en esa vieja habitación. No te pierdas lo que está sucediendo ahora, lo que puedes hacer y lograr ahora, porque estabas demasiado ocupado mirando hacia atrás, o más tarde estarás ocupado mirando hacia atrás a este momento preciso, a este día, a este año, y preguntándote por qué lo malgastaste.

¿Y por qué querer vivir en el futuro es también una amenaza, preguntaréis muchos?. Si el futuro es donde está todo lo que quiero ser, todo lo que quiero conseguir. Alguno incluso gritará, “pero si el futuro es donde voy a tener éxito, a ser feliz, a ser rico, donde voy a estar enamorado, a tener trabajo, etc., etc.”. Sí, esos pueden ser planes o sueños o cualquier otra cosa, pero de nuevo, donde estás es aquí y ahora. Este es el momento que has estado esperando toda tu vida. Verás, tener esos anhelos, esos deseos, esos sueños, es fabuloso, no permitas que nadie te diga que soñar es malo, debes soñar y soñar mucho, pero aprecia que eres tú, precisamente ahora quien está soñando. Disfruta del anhelo y del deseo. Disfruta de estar vivo, de tener salud, fuerza y vitalidad para soñar y anhelar todo eso. Vivir el presente no significa que lo olvides todo, tus responsabilidades y tus deberes, para ser un hedonista total. Simplemente significa, tomarse un momento de vez en cuando, para apreciar el hecho de estar vivo y tratar de actuar con arreglo al hoy, que importa y mucho, y vivir la vida plenamente, precisamente aquí y precisamente ahora. No podemos proyectar toda nuestra posible felicidad en el futuro: “ah si fuese más joven, o más rico, o más delgado, si estuviera más enamorado, si tuviera un trabajo mejor, un coche mejor…” la lista es interminable. “Todo sería perfecto si tan sólo cambiase esto o aquello”. ¿No es verdad?. Pues por desgracia no. No funciona así. Porque cuando esto o aquello cambia, siempre habrá algo más, esperando su turno y posponiendo esa felicidad, que nunca termina de llegar, para una fecha posterior.

La clave es apreciar lo que se tiene precisamente ahora y soñar con un plan. O lo que es lo mismo, tener sueños y un plan para alcanzarlos pero trabajar en ese plan, día a día, momento a momento, viviéndolos intensamente. De esa forma creo que todos seremos un poco más felices ahora que si estuviéramos constantemente contemplando el futuro, donde reside aparentemente la felicidad. Una felicidad que realmente ya sabes que siempre llevabas dentro de ti. ¿Ah, qué no lo sabes?. ¿Qué sigues buscando la felicidad en otras cosas, en tu relación con otras personas? ¿Y no la encuentras?. No, no te voy a decir dónde encontrarla, pero te daré una pista, al fin y al cabo tienes que encontrarla tú mismo. Hay un lugar donde nunca pensabas buscar, sí, dentro de ti, precisamente. Búscala y encuéntrala, está ahí. Y está ahí ahora, en este preciso momento, no se ha movido de ahí dentro en ningún instante.

¡Éxito, salud y felicidad (ya sabéis donde está) para todos!

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