“Ningún pesimista ha descubierto el secreto de las estrellas, ni ha navegado por mares desconocidos,ni ha abierto una nueva puerta al espíritu humano”
Hellen Keller
Mantén tus pensamientos positivos, porque tus pensamientos se convierten en tus palabras.
Mantén tus palabras positivas, porque tus palabras se convierten en tus acciones.
Mantén tus acciones positivas, porque tus acciones se convierten en tus hábitos.
Mantén tus hábitos positivos, porque tus hábitos se convierten en tu estilo de vida.
Mantén tu estilo de vida positivo, porque tu estilo de vida se convierte en tu destino.
Hoy en día podemos hablar de la existencia de una verdadera “ciencia del optimismo”, un asunto que ha sido estudiado desde los albores de la filosofía y la ciencia, pero que en las últimas décadas ha resurgido con infinidad de estudios y autores llevando a cabo estudios teóricos y empíricos sobre la potente y a veces poco valorada fuerza de este sesgo del carácter humano. Hoy en día sabemos a ciencia cierta como una actitud positiva y optimista de los seres humanos, tiene un efecto directo y cuantificable en la salud de las personas, en su capacidad para recuperarse de enfermedades serias y graves, en la calidad de sus relaciones con sus semejantes, en el éxito o fracaso de proyectos profesionales y en el trabajo en general, en la política, en el deporte, en todas las facetas de la vida humana en suma. En la actualidad sabemos y podemos afirmar por tanto, que aquellas personas que mantienen en sus vidas una actitud optimista, que busca las posibilidades en cada ocasión o situación y si no las encuentra las crea, son personas que vivirán más tiempo, estarán más sanas, triunfarán en sus trabajos y en sus relaciones y serán en definitiva bastante más felices que aquellas otras que siempre “ven la botella medio vacía”, siempre encuentran algo de lo que quejarse y cualquier reto que les plantea la vida se convierte de inmediato en un problema que difícilmente creen poder superar y que, evidentemente, se convertirá de inmediato en la excusa perfecta para justificar sus fracasos, su indecisión, sus temores, su inmovilismo.
Como dijo Bertrand Russell en su libro “La conquista de la felicidad”, “Quienes dejan de fijarse en el polvo que la criada no ha limpiado, en las patatas que la cocinera no ha cocinado, o en el hollín que el deshollinador no ha deshollinado… notarán que la vida es mucho más agradable que cuando se sentían constantemente preocupados o irritados por estas cosas”.
Recordad también finalmente que cuando elijáis una actitud para afrontar los avatares que os presente la vida y para relacionaros con los demás, estaréis también eligiendo en gran medida la forma en que la vida y los demás os tratarán a vosotros.
El punto crítico está en "MANTENER" el positivismo en palabras, acciones, hábitos, en definitiva en el día a día sin flaquear ni un poquito.
ResponderEliminarCreo que una muy buena por no decir excelente manera de "mantener" el optimismo que tanto nos ayuda a materializar todo lo que nos proponemos, es la práctica regular de ejercicio físico.
Está mas que demostrado que con esa práctica se liberan las llamadas "hormonas de la felicidad", las endorfinas.Los estudios demuestran que las endorfinas inhiben las fibras nerviosas que transmiten el dolor además de actuar en la disminución de la ansiedad y en el aumento de sensación de bienestar.
Como experiencia particular decir que no he podido encontrar un camino mas ameno que el deporte para conseguir esa realidad de optimismo en mi vida. El deporte es un estilo de vida que en esencia te enseña desde el optimismo a afrontar retos con éxito, a compartir, a trabajar en equipo, a caer y a levantarte, a conseguir tus objetivos no sin esfuerzo pero con la constania necesaria, a perder y a ganar. He aprendido a sentirme ganadora aunque no llegue la primera a la meta. Eso sí, llegar, llego siempre.